AUTORRETRATOS LITERARIOS
ANA
MUÑOZ CANTERO
Soy
una chica amable y generosa, tal cual parezco una rosa.
Me
parezco a mi madre, con la cual nunca pasaré hambre.
He
cambiado mucho. Antes pegaba, ahora no pego nada. Antes temía, ahora
no temo nada. Antes lloraba, ahora, a veces también.
Me
gusta bailar porque me hace flipar. Me gusta cantar, para no olvidar.
Jugar al fútbol me hace relajar y con el pádel con la raqueta te
voy a dar.
Si
fueran un águila batiría mis alas para recorrer el mundo sin
cansancio y conocer nuevos países.
FRANCISCO
CANTO AGÜERA
Soy
un chico gracioso, generoso, simpático
y muy amable. El viento me gusta sentirlo montado en
bicicleta. Ir a jugar con mis amigos y amigas es sinónimo de
libertad. Jugar al baloncesto y al fútbol me hacen sentir paz y
tranquilidad. Me parezco más a mi padre. Sus gustos los he heredado,
fútbol y baloncesto a todos lados.
Si
yo corriera mucho seria un tigre y me defendería con aguda garra.
HILARIO
LÓPEZ BANDERA
Mi
edad, once años, influye en mi generosidad, en mi amabilidad y en la
necesidad de tener amigos y amigas. Amable y generoso son cualidades
que copio de mi madre, al igual que su bello cabello, el cual intento
imitar.
De
pequeño no era un niño ejemplar porque a veces me portaba mal.
Me
gusta el fútbol, el baloncesto, y rodar, en patinete o bicicleta,
claro está.
El
estudio forma parte de mi vida y sobre todo jugar. Tengo miedo al
secuestro y pesadillas con personas desconocidas que aparezcan en mi
cuarto sin yo poder controlar.
Si
fuera una planta seria un clavel para observar, estático, un
amanecer.
JOSÉ
CARLOS BERLANGA ROSA
Soy
un chico generoso, me considero divertido, amable y muy cariñoso
aunque no meloso.
Me
parezco a mi madre porque soy muy tímido pero muy juguetón.
Por decir algo, y que rime,
mi animal preferido es el gorrión. Mi
fruta, el melón.
Me
gusta pasear, jugar con mis amigos y amigas sin cesar.
Me
da miedo la oscuridad y tirarme de la Muralla del Dique, a no ser que
una avispa me pique.
He
cambiado mucho porque cuándo era pequeño era más travieso, más
comilón y mucho más llorón.
Si
fuera animal sería gorrión para sobrevolar tejados y dormir
acurrucado.
LOLA
MORA RÍO
Mi
edad se acerca a los doce, aunque no me afecta mi edad. Soy generosa,
sociable, amable y buena amiga. Esto es lo que intento cultivar.
Mi
padre es el labrador. Mi madre, cuando hace calor nos refresca. El
oficio de mi padre tiene relación con la construcción, siempre hay
que construir y derribar muros que me afecten, todavía soy aprendiz.
Yo
no creo que haya cambiado en demasía como persona, aunque sigo
aprendiendo.
He
aprendido la nobleza del perro y paladeo el sabor del chocolate.
Saltar a la comba como un saltamontes es gusto para mí. Ver “soy
luna” porque soy fan de Luna, me gusta estar con mis amigos y
amigas, porque soy muy sociable, me gusta el color azul, porque es
como el cielo y el mar, me gustan las zapatillas de deporte, porque
son cómodas como las nubes.
Salpican
mis
miedos la fría y oscura oscuridad junto
con
las grandes o
pequeñas y venenosas arañas.
MANUEL
RÍO LÓPEZ
Trato
bien a la gente, soy generoso, amable, amigable y un poco travieso.
Justiciero me considero.
Me
parezco a mi padre. Su pelo dorado yo he heredado. De bonachón,
también tengo de él, un montón.
De
travieso no he llegado a ser un sieso, aunque intento cambiar eso.
La
soledad que me asusta es la falta de amistad. Por lo demás, no se a
que más he de temer.
Me
gustaría acariciar el césped del Bernabeu bajo mis botas, estoy a
gusto resonando el parche de mi tambor. Tilín, tilín, mi campanita
suena tilín, cuando tropieza mi vista con las mozas altas de pelo
castaño y ojos acristalados de color marrón.
MARÍA
OLIVA RÍO
Soy
María, una chica digna de alegría. Mi edad pasa de diez, no llega a
doce. Ahora considero al once como mi preferido acompañante diario.
Cuando
me miro al espejo el reflejo que observo es muy parecido a las
fotografías que me enseña, de cuando pequeña era. Soy como ella
era, un poco tímida con las personas por conocer, como ella, soy
como era ella, mi madre.
Tolkien
fue el maestro de mis miedos. Imaginó a “Gollum” y en mis sueños
se cuela para asustarme constantemente, de pequeña, claro.
“Soy
Luna” es mi serie favorita. Patinar en la Luna sería un sueño que
estaría a mi alcance si de alas dispusiera. Atravesaría primero
una nube pintada de rosa con sabor dulce, mi pincel sería de
caramelo y dibujaría, dependiendo del día, la tristeza o alegría.
En
mi viaje no podría faltar “Vuelo” porque sus versos cantan mi
propia libertad.
Si
fuera un animal me gustaría ser pájaro para tener vuelo eficaz.
MARIO
NARVÁEZ GONZÁLEZ
Mario
Narváez González se llama. Es conocido como el generoso.
Considerado muy amigable y bonachón, aunque a veces, varíe un
montón.
Parecido
a su abuelo por parte de madre. Según cuentan las crónicas.
Intenta
cambiar a más responsable, intenta compartir para conquistar
personalidades.
El
naranja es su color favorito, el deporte, el reggaetón y el campo su
relajación.
A
diario, trabajar, para buenas notas sacar. Con los amigos hablar para
quedar.
Si
hablara en primera persona, así se expresaría: “Mis miedos,
miedos son. El
secuestro, el maltrato o la violación. Grandes
faltas de la humanidad”.
“Me
chifla el pescado. Si yo fuera un animal sería una cigüeña
pescadora, viviría al lado de un humedal. Si mago fuera, en la
Sierra de las Nieves el humedal pusiera”.
MIGUEL
TIRADO
Irradio
cariño, generosidad, simpatía, amabilidad… en definitiva, creo
ser buena persona.
Esto
no ha sido fruto de un día, mi personalidad se ha modelado con el
paso de los años, tal cual el alfarero hace con la arcilla. Mi padre
y mi madre han influido en estos cambios ¡faltaría más! A ellos
les debo mucho, aunque mi persona la intento guiar yo mismo.
Me
gusta el color azul del mar, me gusta cantar flamenco que es
libertad, me gusta escuchar el reggaetón de Maluma, tocar el cajón
flamenco me inspira, tocar la corneta hace que me concentre.
Mis
miedos los justifico cuando se produce un secuestro, al atraco, a
los payasos asesinos y a la muerte.
Si
fuera un pajarito volaría libre hasta el infinito con mis amigos y
amigas que, aunque no estén conmigo, los llevaría siempre en el
corazón.
MIGUEL
VERA CANTO
El
silbido del águila me cautiva, águila quisiera ser, para surcar los
cielos y ver de cerca el atardecer.
Cielos
amarillentos, al fuego ha de parecer. Tengo carácter de madre, por
el fuego del campo ataviada su personalidad. Aun así con muchísima
generosidad. Aunque aún niño.